
Los trabajadores han podido advertir un cierto grado de confluencia de todos, para no incomodar más a un sistema económico que golpea duramente a los trabajadores españoles y un Presidente del Gobierno que vive en la improvisación de su desgobierno, alejado de los trabajadores.
Pero no es de recibo que un día se anuncie la ampliación de la edad de jubilación hasta los 67 años, más tarde, se diga que será negociada con los agentes sociales y después se siga difundiendo la necesidad de reformar el sistema de pensiones. ¿Tendremos negociaciones o Imposiciones?.
Muchas preguntas están en el aire en estos momentos, sobre el futuro de los trabajadores y parados en España, pero una sobresale sobre las demás ¿Para quién gobierna el gabinete de Zapatero?
En las próximas semanas podremos encontrar la respuesta en las calles españolas, en las oficinas de desempleo, en los centros de trabajo y en miles de hogares que no disponen de ingresos para sobrevivir. Mientras tanto, los beneficios empresariales continúan con signo positivo a pesar de la crisis y algún directivo de la banca española, dará ejemplo de la crisis, recibiendo tras su jubilación 79 millones de euros.
El Gobierno se afana por ampliar las jubilaciones y limitar el coste de las pensiones, se interesa por formulas de contratación de nuevos empleos que llevarán implícito el abaratamiento del despido a 33 días por año y se aguanta las recomendaciones del FMI sobre reducción de salarios. Pero nada se dice de limitar y reinvertir los beneficios empresariales, perseguir el fraude fiscal o ampliar económicamente un sector público competitivo.
Mientras tanto, quienes vienen reclamando una reforma laboral, con CEOE a la cabeza, lo que desean es abaratar el despido y eliminar la seguridad de un empleo estable, además de conseguir reducir los salarios. "Las empresas españolas prefieren las formulas de empleo precario.
Oremos.