La movilización de empleados públicos ha invalidado la teoría que define a este colectivo como inamovible ante los recortes sociales y salariales que el Gobierno les ha impuesto con la aprobación vía decreto ley.
El pasado día 8 de junio, los trabajadores de la sanidad, de la enseñanza y de las diferentes administraciones publicas, han secundado de forma importante las movilizaciones que se habían establecido por los sindicatos convocantes, posicionándose claramente contra la política del Gobierno del PSOE que representa el Presidente Zapatero y han demostrado el valor social de sus puestos de trabajo frente a las políticas privatizadoras que se están planificando.
Estas agresiones sociales vienen persistiendo contra el conjunto de la clase trabajadora española, sin razones coherentes o un marco fiscal que haga posible un reparto justo del estado de bienestar y una contribución a su sostenimiento en función de los recursos económicos obtenidos por la sociedad española.
Los recortes contra los empleados públicos, la reforma laboral que el Gobierno y la Patronal vienen propiciando para dar una salida falsa a la crisis, las pretendidas modificaciones de las pensiones y el actual número de parados, son causas suficientes para poner al conjunto de los trabajadores y trabajadoras en estado de alerta permanente contra este tipo de políticas neoliberales, caducas y llamadas al fracaso social.
Los mercados financieros vienen imponiendo a la sociedad europea un reparto injusto de la riqueza, desproporcionada e inútil contra la crisis que ellos mismos han creado por su insaciable acumulación de capitales, que únicamente pretende extender una dictadura económica socialmente inaceptable y un peligroso aumento de la pobreza a extremos incalculables.
Siendo evidente la participación y la connivencia política de determinadas capas sociales, entre las que se encuentra el Gobierno de España, a pesar de venir calificándose de izquierdas y socialmente progresista.
