
Argumentos como el abaratamiento de los despidos, además de ser una burla a la precaria situación de la clase trabajadora, no deja de ser ridículo, que después de haber acumulado en pocos meses una cifra importante de parados, fruto del desplome que ellos han provocado; ahora nos quieran convencer que podría resolverse con la simple reducción de los costes derivados del despido. Dejando de nuevo al otro lado, los suculentos beneficios empresariales y ayudas gubernamentales que se producen inmersos en la crisis o como consecuencia de ella.
Los ideólogos y representantes de estas propuestas, deben saber que los trabajadores están sufriendo ya una crisis que ellos no han producido, y no es tolerable que de nuevo se quiera desde determinadas posiciones, volver a repetir otra agresión contra todas las trabajadoras y todos los trabajadores de este país.
La Huelga General y la Movilización Social, serán de nuevo el escudo protector de los trabajadores.